martes, 17 de julio de 2018

¿Que son los derechos humanos?

Imagen relacionada


¿Que son los derechos humanos?

Son un producto histórico sólo posible cuando la economía llega a un punto en que necesita del individuo como fuerza de trabajo fundamental. Son un conjunto de garantías individuales que buscan dignificar la vida de los individuos en sociedad. Son garantías, facultades que se expresan en normas, principios, valores propios de la dignidad de todos los seres humanos, sin importar su nacionalidad, raza, sexo, religión, ideología política. De acuerdo al artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.


Cada época, cada sociedad tiene su propia visión de la niñez y categoriza a los niños y niñas de acuerdo con sus necesidades. En la antigua Roma, cuando un niño varón nacía, era puesto en el suelo; si el padre lo alzaba, significaba que lo reconocía y asumía su crianza. A las hijas, cuando nacían, si el padre no quería desecharlas, se debía dar orden explícita de alimentarlas. Las desechadas, si no morían, eran recogidas por otras familias como inversión, puesto que al llegar a su juventud eran vendidas como esclavas o como prostitutas. Esto determinaba la suerte del bebé, su aceptación como hijo o hija, su muerte o su adopción por terceros. La vida dependía de la voluntad paterna. En la Edad Media, la niñez era sinónimo de imperfección. San Agustín refiere que el hombre nace del pecado y por eso el niño y la niña es la imagen viva del mal. De hecho, por muchos años los niños y niñas eran privados de la familia y del afecto maternal y los consideraban una molestia, por lo que la costumbre en todas las capas sociales era dejarlos al cuidado de nodrizas. Las madres los dejaban para realizar tareas productivas. Visiones de la niñez en la historia 9 En la Europa del siglo VIII, la maternidad, la fecundidad y la niñez fueron mejor apreciadas. Se prohibió abandonar a los recién nacidos y los niños y niñas eran tutelados por la Iglesia y el Estado. El infanticidio y el aborto eran judicialmente condenados. Pero tanto los niños y niñas y los y las adolescentes dependían de su padre y madre y podían ser valorados o maltratados con igual derecho. La autoridad paterna se imponía a través de una férrea disciplina. Aproximadamente en el siglo XV (1401-1500), seguía vigente la visión de que la niñez era mala por nacimiento, de acuerdo con el pensamiento de San Pablo y de la noción del pecado original. Los niños y las niñas era vistos como entidades llenas de maldad y por lo tanto estaban sujetos a castigos corporales despiadados para dominarlos (azotes, cepos, grillos). No había ningún interés por que los padres asumieran su crianza. Entre las familias campesinas del siglo XVI y XVII (1501-1700) en Inglaterra, la niñez entre los 6 y 7 años trabajaba en los quehaceres del hogar, y a partir de los 9 o 10 años se les animaba u obligaba a laborar como sirvientes en casas de familias acomodadas. El trabajo que dejaban de hacer las hijas e hijos mayores, era asumido por los más pequeños. Es San Agustín quien inicia la instrucción de las madres acerca de la buena formación de sus hijos e hijas. Durante los años 1596-1650, Descartes establece que la infancia es una debilidad del espíritu y afirma que los prejuicios que incubamos en esa etapa son causa principal de nuestros errores, los cuales dificultan el aprendizaje de las ciencias y la clara representación de las ideas. En estos años, Locke retoma el concepto antiguo de la tabula rasa y afirma que los niños y las niñas son como una pizarra en blanco, que no poseen conocimientos innatos, sino sólo aprende a través de las experiencias sensoriales. Esta visión reforzaba la idea de que el adulto era quien decidía lo que el niño o la niña tendría que ser. Estas nociones convivieron con aquella otra de los infantes como ángeles, por su pureza e inocencia. Rousseau en el siglo XVIII (1701-1800) introdujo el concepto de que la niñez posee una bondad innata y que sus impulsos naturales deben ser aceptados tal y como son. En estos tiempos, las muertes e infanticidios están asociados a la pobreza. Los niños y niñas que eran pobres, eran recluidos en instituciones estatales que los tutelaban y consideraban como personas con problemas mentales. Visiones de la niñez en la historia 10 Ello a su vez fortalecía la opinión de que los niños y las niñas eran una propiedad o un recurso económico. Pero no se consideraba la posibilidad de una retribución para ellos. También la concepción de que las niñas y los niños eran considerados como adultos en miniatura persistió en sociedades donde a los infantes no se les llevaba a la escuela. En Inglaterra y Francia, los niños y las niñas dormían junto con los adultos, usaban la misma ropa, trabajaban en las mismas faenas. La teología reforzaba esa actitud despreciativa hacia la infancia, argumentando que la niñez carecía de alma. Esto se evidencia en la ausencia de una literatura sobre la infancia y en el desinterés médico por las enfermedades infantiles en la época, pues la pediatría como especialidad médica recién surge en el siglo XIX (1801-1900). Durante el siglo XX (1946 a 1981) se fortalece la idea de que los niños y las niñas deben jugar solos y se define al juego como el entrenamiento para la vida, porque le permite a los niños y niñas construir su identidad. Darwin consideraba que la infancia es un proceso similar al desarrollo del hombre primitivo, que el desarrollo de la vida mental es como la evolución de la vida. Esta teoría considera que la niñez será moldeada por los hábitos, las pasiones, los ideales de aquellos que los rodean y que van a ser impresionados, para bien o mal, por todo lo que ven o escuchan. Se creía que los padres debían imponer hábitos y reacciones rutinarias a la vida para asegurar su éxito y así darle estímulos consecuentes a la niñez. En 1924 surge la Declaración de los Derechos del Niño, llamada también Declaración de Ginebra. Luego, el 20 de noviembre de 1959, la Asamblea General de las Naciones Unidas establece la Declaración de los Derechos del Niño, y el 20 de noviembre de 1989 surge la Convención por los Derechos del Niño. Este instrumento logra que se considere a la niñez y la adolescencia como un ser social con derechos y deberes. Establece que la sociedad y el Estado deben brindarle la protección, educación y atención necesarias para la satisfacción de sus necesidades básicas y para el logro de su bienestar integral.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario